Hace unos días tenía multitud de albaricoques que habían sido picados por los pájaros y se iban a poner malos rápidamente...
¡En casa no damos abasto a comer fruta!
¡En casa no damos abasto a comer fruta!
Mi suegra y mi madre hacen mermelada de forma asidua, pero yo no la había hecho nunca porque normalmente me tienen bien surtida. Para probar, decidí intentarlo con los albaricoques que de otra manera iban a acabar en la basura.
Hay varias formas de hacer confitura. Mi suegra por ejemplo, como hace grandes cantidades la hace en el horno y mi madre en un cazo al fuego.
Para esta ocasión, como tampoco tenía mucha fruta, opté por hacerla en el cazo.
1- Pelamos, deshuesamos y quitamos las partes malas de los albaricoques, dejándolos en el cazo.
2- Cuando tenemos toda la fruta lista, añadimos un vasito de agua y ponemos a hervir.
3- Cuando ha pegado un hervor y la fruta se ha ablandado un poco, añadimos el azúcar. Nosotras en este caso, la pusimos a ojo, aunque lo normal es poner la misma cantidad de azúcar que de fruta, pero siempre depende de los gustos de cada uno y de lo ácida que esté la fruta.
4- Ahora es cuestión de paciencia: Remover y remover a fuego lento...
5- Cuando la mermelada haya cogido el punto, apagamos el fuego, dejamos que se enfríe y la ponemos en botes de cristal previamente esterilizados (yo los lavo en el lavavajillas), evitando que queden burbujas de aire.
6- Cerramos los botes, los metemos en una olla grande cubiertos de agua y los dejamos hervir unos 10 minutos.
7- Dejamos enfriar... ¡y a la despensa!
TRUCO: Hay mucha gente que no le pone agua a la mermelada, pero de esta manera evitamos que el azúcar se caramelice y nuestra mermelada casera adquiera un color marrón.
Un saludo,
Un saludo,
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